El ayuntamiento inicia la batalla contra los virus del mosquito tigre

El consistorio incide en la responsabilidad de los vecinos para evitar la propagación del insecto en los domicilios particulares cuando empieza la temporada de cría del insecto invasor

La transmisión de enfermedades no parece tener, en estos momentos, otra referencia en el Coronavirus. Pero la naturaleza bombardea con otro tipo de microorganismos perjudiciales para la salud. Y en estos momentos, llega otra particular plaga, que lleva años afectando a la Comunitat Valenciana, especialmente en zonas como la ciudad de València. Es por ello que el Ayuntamiento de València ha iniciado el protocolo para evitar la plaga de mosquitos y, especialmente el conocido como «tigre» con la publicación de la ordenanza municipal.

Se da la circunstancia, además, de que la ciudad afronta estos días una situación de riesgo con la combinación de aumento de temperaturas y la existencia de humedales espontáneos provocados por las recientes lluvias. Un caldo de cultivo para que pueda producirse el proceso de desove, crecimiento de larvas y conversión en insectos.

La ordenanza pone especial énfasis en el mosquito tigre porque es potencial transmisor de ciertas arbovirosis como el Dengue, Zika o Chikungunya, entre otros. Es una especie invasora de reciente implantación. Lleva poco más de diez años en territorio valenciano y da la sensación de que se va a quedar, aprovechando la combinación de humedad y calor.

Concienciación necesaria.

Esta nueva herramienta municipal para combatir dichos mosquitos y por ende, las posibles enfermedades asociadas, resulta vital para que las autoridades sanitarias de la ciudad puedan trabajar en prevención y reducción de riesgos para la Salud Pública.
Para Emiliano García, concejal de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de València, esta Ordenanza «dibuja una hoja de ruta para el control de la población de mosquitos en las propiedades privadas con una serie de sencillas recomendaciones». García también hizo hincapié «en la importancia de concienciar a nuestros vecinos y vecinas para mantener controlada la población del mosquito tigre en nuestra ciudad, ya que pueden ser transmisores de enfermedades peligrosas y es un verdadero riesgo para la Salud».

Batalla desde 2014.

El Servicio de Sanidad y Consumo del Ayuntamiento de València lleva trabajando en la contención del mosquito desde el 2014, cuando empezó a monitorizar la expansión de este insecto asiático en la ciudad. Se puso en marcha entonces una red de vigilancia entomológica basada en la instalación y revisión periódica de trampas específicas para medir la evolución de la especie. Posteriormente, en 2015, cuando se detectó el primer positivo en una de las trampas, se confeccionó un Plan de Vigilancia y Control cuyo primer foco de acción fueron los imbornales de la vía pública. Se efectuaron tratamientos larvicidas mensuales en aquellos imbornales considerados «áreas de riesgo» entre los meses de mayo y octubre, periodo de reproducción del mosquito.

Adicionalmente, el ayuntamiento puso en marcha un protocolo de coordinación con el Centro de Salud Pública de València mediante el cual la Consellería informa de cualquier caso de diagnóstico de pacientes infectados con los virus anteriores para que la Sección de Control de Plagas municipal pueda desempeñar la vigilancia y control pertinentes. Por último, se llevó a cabo en el segundo semestre del año pasado el Proyecto «Puerta a Puerta» con el objetivo de concienciar a los vecinos a través de charlas y jornadas de formación.

Casi siempre en terreno particular.

Dado que en cerca del 80% de las ocasiones confirmadas de presencia, los focos de cría se encuentran establecidos en propiedades privadas donde los técnicos municipales de control de plagas no tienen acceso, desde la Delegación de Sanidad se valora la necesidad de elaborar una herramienta que nos permita gestionar mejor el control poblacional de este insecto mediante la confección de una Ordenanza Municipal con las medidas necesarias para el control de las poblaciones de mosquitos con relevancia para la salud pública, siendo de especial interés las especies Aedes albopictus (mosquito tigre, especie ya instalada en la ciudad) y Aedes aegypti (principal vector de enfermedades como la Fiebre Amarilla y que actualmente se considera erradicado del territorio español).

El ámbito de aplicación principal de esta ordenanza se fundamenta en las propiedades privadas y en cualquier otro tipo de bienes inmuebles y muebles que sean susceptibles de facilitar o favorecer las condiciones de proliferación de los mosquitos con potencial transmisor de enfermedades. E incluye sencillos consejos de obligado cumplimiento, como que los propietarios de solares y huertos urbanos están obligados a mantenerlos a su cargo en condiciones de higiene, salubridad, seguridad y ornato público, lo que significa evitar el abandono de cualquier objeto susceptible de acumular agua que sea un potencial foco de cría de estas especies de mosquitos.

Evitar «charcas»

Para ello se exigirá a los propietarios que neutralicen en sus espacios privados todos aquellos objetos que puedan acumular agua (vaciándolos y volteándolos); instalar elementos que permita el vaciado en recipientes fijos; retirar residuos como neumáticos; controlar los canalones de evacuación de aguas para que no se obturen; o renovar el agua de las mascotas preferiblemente todos los días (o como mínimo dos veces por semana). El confinamiento permite disponer de tiempo de sobra para mantener la vigilancia sobre los espacios de riesgo.

Sanción si se entorpece

Asimismo se habilita a los técnicos municipales, mediante requerimiento de los titulares, para realizar las inspecciones necesarias en propiedades privadas, teniendo presente que en el caso de que no permitan la actuación de los inspectores, se hará constar en la correspondiente acta o informe, de manera que sirva de base para la incoación del correspondiente expediente sancionador. Básicamente, la Ordenanza es una ordenanza formativa para los ciudadanos y las ciudadanas, en la que se informa y se les requiere para colaborar en el control de la población de los mosquitos transmisores de enfermedades en propiedades y en sus viviendas, dejando abierta la puerta a unas medidas administrativas cautelares o sancionadoras si se comprueba la existencia de riesgo.

El ayuntamiento confía que la actual situación de pandemia sirva para aumentar la concienciación de la ciudadanía en aras a evitar cualquier tipo de foco infeccioso, especialmente si está al alcance de cada uno.

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